miércoles, 7 de septiembre de 2011

Si realmente...

Porque si realmente me amaras todo sería diferente. Si hubieras cambiado, ahora serías distinto. Me respetarías por lo que soy, tu novia o enamorada, como quieras llamarme. Tendrías cuidado, medirías tus palabras y tus acciones. Me tratarías como debe ser, irías más allá de lo que eres y lo que haces. Tratarías de llevar las cosas con calma. No permitirías que nada malo me pase y mucho menos que me sienta mal. Estarías atento a todo lo que me pasa. A lo que te pasa. Harías las cosas correctamente y tomarías decisiones correctas. No permitirías que esta relación se vaya al carajo. No dejarías que un día sea bueno y otro malo. Harías lo posible para que todos los días sean buenos. Y si todo eso fuera verdad, te juro que yo también sería diferente. No estaría pensando que tal vez mañana pase lo mismo, que volveremos a terminar y pasar por lo mismo una y otra vez. No te mereces eso y yo menos. Si me amaras y me entendieras te juro que la relación no sería una costumbre. Seríamos felices y todo nos saldría perfectamente bien. No te extrañaría porque sé que te tengo física, emocional y mentalmente. NO dudaría de nada y menos de ti.

Y sí, todos tenemos problemas. Pero si amamos a una persona y ella está a nuestro lado sería como un soporte, ese tronquito de madera que impide que terminemos en el piso, derrotados por todo, por los problemas. y yo quiero ser eso para ti, como también quiero que tú lo seas para mí. Pero eres tan ciego que no lo ves así, y sin que te des cuenta lo buscas en otras cosas y en otras personas.

No sé qué necesito. Ni qué quiero. Ni a dónde voy. Cuando más necesito a alguien, no los veo junto a mí.